
Lo hemos encontrado. Nos ha costado
casi cinco meses pero por fin hemos dado con él. Fue de casualidad, como casi todas las cosas buenas que pasan en la vida. El miércoles descubrimos el mejor garito de Edimburgo. No me acuerdo de su nombre, pero se volver. Era un bar diminuto en un callejón diminuto también. ¿Y por qué es ese el mejor? Bueno pues... porque es
exactamente igual que cualquier garito español: tienen vasos de tubo, las copas no son con medidor, los hielos son normales y... tatatachán... tienen
calimocho. Vamos que es como salir por cualquier bar cutre de Madrid. Ah, se me ha olvidado decir lo mejor de todo: Ponen Extremoduro, Skape, Fito, Canteca de Macao y cosas así. Y bueno, creo que es obvio, todo está lleno de españoles. Se crea un buen rollo alucinante,
oh yeah!! Se que estareis pensando que ya me vale, que debería integrarme un poco más en la cultura guiri pero... de verdad que lo he hecho!! De hecho, a veces me da la sensación de estar viviendo en un
permanente videoclip de Oasis. Que no es que no me guste pero termina cansando (probadlo y me decís). Volver a sentirse como en casa de vez en cuando se agradece.
Besines!! (Siento no tener fotos... pero las habrá, las habrá).