jueves, 8 de abril de 2010

Reporteras de guerra

Los ‘ojos de la guerra’ que narran al mundo las barbaridades que es capaz de cometer el ser humano en situaciones extremas, no son siempre masculinos. Las mujeres periodistas llevan años informando, a través de sus escritos y retransmisiones, de las más diversas injusticias. Ponen en riesgo su vida, igual que ellos, pero además ponen en riesgo su integridad sexual.

Por Lucía de la Fuente

Según el último informe Anual de la Profesión Periodística elaborado por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), siete de cada diez licenciados en Periodismo en España el año pasado fueron mujeres. Sabiendo que las facultades ‘graduaron’ a un total de 2.550 estudiantes, el resultado quedaría en 1.785 – 765. A pesar de esta feminización de la profesión –originariamente masculina- que ha tenido lugar en los últimos años, es poco frecuente ver a mujeres desempeñando según qué funciones. El reporterismo en situaciones de conflicto sigue siendo un área dominada por los hombres.

Pese a ello, muchas reporteras han visto reconocido su trabajo cubriendo conflictos armados desde que se aceptara seriamente su labor por primera vez durante la guerra de Vietnam. Olga Rodríguez, Maruja Torres, Mercedes Gallego, Ivonne Ridley, Christianne Amanpour, Ana Politkovskay, Kathy Gannon o Sandra Nyaira son sólo algunos ejemplos de cómo llegar a ser una buena profesional pese a los peligros añadidos que conlleva de por sí pertenecer al sexo femenino.

Abusos sexuales
De hecho, la que fuera corresponsal durante varios años para la Agencia Reuters cubriendo conflictos como la guerra civil de Angola, Judith Matloff, asegura que las reporteras de guerra se convierten en muchas ocasiones en “blancos en lugares sin ley que deben luchar permanentemente contra los abusos sexuales de los militares”. Bien es cierto que no es frecuente ver en las noticias denuncias de estas situaciones. Matloff considera que “el temor de que se les retire una tarea o de ser tratadas de manera diferente” hace que las periodistas, en muchos casos, oculten los abusos.

Una encuesta realizada a veintinueve reporteras de guerra por el Instituto Internacional de Seguridad en las Noticias –dependiente de la Federación Internacional de Periodistas (FIP)- en 2005, reveló que más de la mitad de ellas habían sufrido ataques sexuales durante el ejercicio de su profesión. Sin embargo, no existen capítulos que traten la violencia sexual en el Manual de Seguridad de Periodistas del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ por sus siglas en inglés) y la FIP. “La falta de un debate público sobre el tema ayudaría a explicar esta carencia”, argumenta Matloff.

Pero las ‘reporteras de guerra’ también han contribuido a denunciar abusos y violaciones de derechos de otras mujeres. La periodista Mercedes Gallego, que fue corresponsal en Irak en 2003 para El Correo, publicó el libro ‘Más allá de la batalla’, donde narra sus vivencias como informadora durante la contienda. Gallego denunció, entre otras cuestiones, los abusos sexuales a los que se veían sometidas las militares estadounidenses por parte de sus propios compañeros. Según esta reportera, las infantes de marina femeninas que eran violadas “perdían además el respeto de los demás que consideraban que no eran buenas marines si eran incapaces de defenderse”. El Pentágono abrió una investigación al respecto después de contar con más de 80 denuncias de casos similares.

Además de la amenaza sexual, las mujeres también suelen encontrarse con más dificultades en algunos países a la hora de obtener acreditaciones que sus compañeros hombres. Esta situación se da con cierta frecuencia en el mundo islámico donde la cultura “liberal” de las mujeres occidentales no se acepta. Afganistán, por ejemplo, ha protagonizado escándalos al prohibir el acceso en el aeropuerto de Kabul a periodistas que estuvieran embarazadas.

Un enfoque diferente
La periodista Kate Adie, corresponsal jefa de la BBC después de haber cubierto importantes conflictos como las Guerras del Golfo, afirmó durante la conferencia ‘Mujeres periodistas en situaciones de conflicto’ que “el hecho de que la mujer tenga que esforzarse más que el hombre en las misiones peligrosas forma parte de la evolución del papel de la mujer en el periodismo”. “Las mujeres informan sobre los conflictos de forma distinta a los de los hombres (…), les suelen interesar cuestiones de alcance más general como la manera en que la sociedad se enfrenta a los conflictos” añadió y matizó que mientras los hombres pueden permitirse el lujo de caminar, “tú tienes que correr”.

Informen de manera diferente o no, lo cierto es que las ‘reporteras de guerra’ han demostrado ser como mínimo y al igual que los hombres, aventureras, intrépidas y combativas, y han arriesgado y arriesgan cada día su vida para que el mundo conozca de primera mano qué pasa cuando los gobernantes deciden, por intereses económicos o políticos, sacar a pasear las armas.

lunes, 5 de abril de 2010

sábado, 3 de abril de 2010

Guernica

 'Espejos', de Eduardo Galeano, es un libro de historia contado de una manera "diferente". Desde Adán y Eva hasta el siglo veintiuno pasando por Sócrates, Colón, la Revolución francesa (y la cubana) o las guerras mundiales. 

Trancribo aquí un capítulo referente a la Guerra Civil Española, que además de ser muy representativo, me ha gustado especialmente:

Guernica

París, primavera de 1937: Pablo Picasso despierta y lee.
Lee el diario mientras desayuna, en su taller.
El café se le enfría en la taza.
La aviación alemana ha arrasado la ciudad de Guernica. Durante tres horas, los aviones nazis han perseguido y ametrallado al gentío que huía de la ciudad en llamas.
El general Franco asegura que Guernica ha sido incendiada por dinamiteros asturianos y pirómanos vascos enrolados en las filas comunistas.
Dos años después, en Madrid, Wolfram von Richthofen, comandante de las tropas alemanas en España, acompaña a Franco en el palco de la vistoria: matando españoles, Hitler ha ensayado su próxima guerra mundial.
Muchos años después, en Nueva York, Colin Powell pronuncia un discurso, en las Naciones Unidas, anunciando la inminente aniquilación de Irak.
Mientras él habla, el fondo de la sala no se ve, Guernica no se ve. La reproducción del cuadro de Picasso, que decora la pared, ha sido completamente cubierta por un enorme paño azul.
Las autoridades de las Naciones Unidas han decidido que ése no es el acompañamiento más adecuado para la proclamación de una nueva carnicería.

Pues eso, espero que os guste mi 'libro del lavabo'

viernes, 2 de abril de 2010

Viernes Santo

Como en una pintura de Antonio López o en Abre los Ojos de Amenábar, Madrid está vacío.

Nos la habéis dejado para nosotros solos... GRACIAS.

[[A ver si os váis más a menudo]]

jueves, 1 de abril de 2010

Aquél teólogo del 0,7

Cuatro huelgas de hambre a favor del 0,7% en los años 90, que significaron un total de 80 días sin probar bocado, han terminado por minar para siempre la vista del teólogo y escritor Juan Luis Herrero. Hace más de 15 años inició, junto a su compañero Pablo Osés, un movimiento que pretendía crear ‘conciencia social’ sobre las injusticias en los países más empobrecidos. Y lo consiguió. Los cuatro ayunos voluntarios generaron una abrumadora e “inesperada” reacción de los medios de comunicación de aquel entonces que caló en la sociedad. Lo de destinar el 0,7 por ciento del PIB a proyectos de desarrollo ya era otra historia. Zapatero se comprometió en 2007 a llegar a esta cifra (ahora se sitúa en el 0,56 por ciento) antes de terminar su segunda legislatura. Veremos si cumple su promesa.
                                                                                             Por Lucía de la Fuente

“Me apena que vivamos en una sociedad tan mediocre, tengo la impresión de que lo único que reina ahora es el consumo, el poder gastar lo más posible y construir lo más posible y eso me resulta un tanto desesperante”. Juan Luis Herrero del Pozo, doctor en Teología, escritor, ex secretario de organización provincial en el PSOE de La Rioja y candidato al Congreso en las primeras elecciones tras la muerte de Franco, es todo lo contrario a una persona conformista. A sus 76 años, y a pesar de que los ayunos le pasaron factura y ahora está prácticamente ciego, no ha perdido las ganas de luchar contra las diferencias entre ricos y pobres y contra “un sistema en el que se privilegia la acumulación de capital”.


Sentado en una butaca en el interior de la vivienda que comparte con su esposa en Logroño, Juan Luis disfruta recordando lo que fueron aquéllos años: “Iba a irme a Nicaragua para colaborar con varios proyectos, cuando me llamaron para decirme que retrasara el viaje porque estaba prevista una huelga de hambre de 9 días en Madrid. Hubo tanta repercusión que no pudimos desaprovechar la oportunidad y programamos otra huelga, con carácter indefinido, en la que solo participamos Pablo Osés y yo. Estuvimos 29 días, hasta que hubo un compromiso por escrito de creación de Consejo Nacional de Cooperación y el 0,3 por ciento del PIB para el primer año”.


Muchos aún recordamos las miles de tiendas de campaña que pasaron meses acampadas a lo largo del Paseo de la Castellana. Todo esto cuajó en una modestísima institución: la Plataforma 0,7 que sigue funcionando a día de hoy con el objetivo de la condonación de la deuda externa. “Esa época fue muy ilusionante porque nos iban llegando noticias de que se habían creado comisiones del 0,7 en varias decenas de localidades españolas y eso nos daba ánimos para seguir adelante”, relata Juan Luis. Pero sin duda, el mayor éxito de aquélla campaña fue el de entrar con fuerza en la conciencia pública y “aunque con altibajos, más o menos se mantiene”.


Herrero ejerció de sacerdote durante varios años en África y, quizá fuera ese contacto tan cercano con la miseria el que le hiciera estar tan profundamente sensibilizado con los más desfavorecidos. Cree en Dios “pero no en el dios mágico de la Iglesia, el que han colocado en una cúspide justiciera para pervertir el mensaje de Jesús con dogmas y jerarquías, con prohibiciones, sacramentos y estructuras burocráticas que persiguen el poder”. Cree en un dios que recompense a la gente que vive en la “extrema pobreza” porque considera que si no, sería “angustioso”.

0,7… ¿en 2012?
Quizá Juan Luis llegue a ver cumplida su eterna reivindicación del 0,7%. En octubre de 2007 el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció que el Estado destinaría este porcentaje a la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD). “Incrementaremos la calidad y la cantidad de la AOD para hacer viable el compromiso del 0,7% en 2012. Aplicaremos una política más activa en materia de condonación y renegociación de la deuda”, declaró entonces el presidente.


Hoy, a falta de dos años para que se cumpla el plazo, la ayuda que nuestro país destina a proyectos de desarrollo está destinada en su mayor parte a combatir el calentamiento global y se sitúa en el 0,56 por ciento del PIB, lo que equivale a unos 2.500 millones de euros. “Yo creo que los políticos están más atentos al ‘rifi-rafe’ que tienen con la oposición y de intentar salir adelante con sus proyectos. Lo que sí es cierto es que Zapatero siempre ha mantenido ese compromiso, aunque no veo que sea ni mucho menos una prioridad”, afirma Herrero quien ahora ha decidido afiliarse a Izquierda Unida.


Cuando echa la vista atrás, este ‘Gandhi español’ no pierde las ganas de continuar: “Yo a estas alturas, que ya estoy pidiendo pista para aterrizar estoy satisfecho, no me arrepiento de nada y, mientras siga vivo, seguiré luchando”.

*Entrevista realizada a Juan Luis Herrero del Pozo el 17 de febrero de 2010 en su casa (Logroño).

       Reportaje en Madridiario.