viernes, 5 de abril de 2013

Najwa

Para el Tribunal Superior de Justicia de Madrid es lo mismo un velo islámico que un sombrero. Lo ha sentenciado así a cuenta del caso Najwa, la joven que tuvo que cambiar tres veces de instituto en 2010 por no querer quitarse el 'hiyab' para entrar en clase.

Es tradición del Islam que cuando una niña deja de serlo se tape la cabeza con un velo. El reglamento del instituto prohíbe a los estudiantes llevar la cabeza cubierta dentro de las aulas. La estudiante, musulmana, eligió seguir las normas impuestas por su religión a las impuestas por sus profesores. Fue sancionada y tuvo que cambiar de centro. Dos veces. El caso fue sonado, recuerdo que incluso proliferaron las pintadas racistas en alusión al tema. Perdió semanas de clase y precisó tratamiento médico por la presión.

El director del instituto fue premiado con un puesto de asesor técnico en la Consejería de Educación. 

Amnistía Internacional o Human Right Watch, dos ONG defensoras de los derechos humanos, alertaron de la discriminación y recordaron que el derecho a la libertad religiosa (y a su manifestación pública) está recogido en la Constitución. El Partido Popular se puso feminista y dijo que el 'hiyab' era un símbolo discriminatorio hacia las mujeres*. Rosa Díez, de UpyD, aprovechó para proponer la prohibición del velo en todos los espacios públicos, sin paños calientes.

Recuerdo un debate televisado en el que llamaron a Najwa "la niña tocapelotas del velo", o algo así. "LA NIÑA tocapelotas del velo".

Sin embargo, los jueces del TSJM consideran que, como el reglamento del centro escolar era el mismo para todos los alumnos, no debe haber sanción alguna. ¿Es que el reglamento puede primar sobre un derecho fundamental? Eso parece. La familia, obviamente, recurrirá al Tribunal Constitucional. 



Mi confianza en la justicia no atraviesa por su mejor momento.

*Yo no creo que sea exactamente así, pero ese es otro tema.