domingo, 29 de enero de 2012

Los bancos perjudican seriamente su salud

Especular está prohibido. El derecho a una vivienda digna es obligatorio. No lo digo yo, lo dice la Constitución en su artículo 47.  Sin embargo, con la crisis, los desahucios se han multiplicado. Madrid gana con unos 30 al día

¿Trabajaba usted en la construcción, se ha quedado en paro y no puede pagar la hipoteca? "¡Se siente!", piensan los que mandan. "No hombre, no le vamos a dejar en la calle... puede usted ir a un albergue municipal", dicen. Lo que no dicen es que si no quiere separarse de sus hijos (y casi seguro que no quiere... ¿a que no? Ainsss, no es usted nada práctico) y/o tener algo de intimidad, un albergue no es una buena opción.

¿Qué alternativa le queda? Pues no sé, puede usted indignarse y acampar en la Puerta del Sol. Hacer una huelga de hambre. Pedir ayuda a sus amigos. Convocar manifestaciones. Dejarse morir. Suicidarse. 'Okupar' una vivienda vacía

Si se decanta por esta última opción le van a llamar de todo. Ladrón y perroflauta, lo más suave. Políticos (sí, esos que tienen que garantizar que se cumpla la ley) incluidos. No les importará que en España haya seis millones de casas vacías. Puede que usted no sea español. En ese caso, oirá insultos racistas mientras le invitan a volverse a su país, "de donde nunca debería haber salido". ¿Quién le va a insultar? Bueno, pues... algunas malas personas. ¿Existen las malas personas? Esa es una pregunta difícil. Yo tengo mi propia teoría: Sí.

Ah. Usted no solo no tendrá casa, además tendrá una deuda acumulada de unos 120.000 euros de media  ¿Por qué debe usted tanto dinero si ya le han embargado? Pues porque son los intereses que se lleva el banco, hombre, vaya preguntas. ¿Tanto? Sí, tanto*. ¿Pero... eso es legal? Sí. ¿Va en serio? ...Sí. ¿Por qué? Es difícil de explicar. Demasiado complejo. No tengo tiempo ahora. Es tarde

¿Que por qué tiene que pagar la crisis que no provocó? Hombre, porque ha sido un poco tonto. Mira que tratar de llevar una vida humilde sin especular ni nada... no hombre no. Así no. Eso ya no se lleva. Hubo gente más lista que usted. Y que ahora vive estupendamente. Y que se la suda, se la suda muchísimo, que usted esté jodido. Bueno, le molesta un poco. Le asusta, más bien. No vaya a ser que 'okupe' alguna de sus propiedades.

*¡Se siente!

Me declaro contraria a que siga habiendo casas sin gente mientras haya gente sin casa.

La foto es de Juan Luis Jaén, el Metronauta. http://visitantedelespacio.blogspot.com/

sábado, 21 de enero de 2012

Instituto Nacional de Estadística (INE)

Riguroso. Es un adjetivo que serviría para calificar al INE. ¿Qué es el INE? Un organismo público, ese edificio de colores que está en el Paseo de la Castellana, cerca de Plaza de Castilla, enfrente de Europa Press, al lado del bar de Fon. ¿Qué hace? Estadísticas. ¿Para qué? Para saber cosas. Por ejemplo cuánto suben los precios, cuánta gente se casa, cuánta se divorcia, cuántos nacen o cuántos mueren. Para saber cómo se llaman y cómo se apellidan los residentes en nuestro país. Y separan las cifras por comunidades autónomas, provincias, municipios. ¿Y eso para qué sirve? Para muchas cosas. Para que los periodistas escribamos noticias. Para que los políticos tomen decisiones. Para ver cómo queda la pirámide poblacional. Para ver si hay más viejos o más jóvenes. Para ver dónde están los viejos y dónde están los jóvenes. ¿A quién le importa eso? A mucha gente. Ya pero... estadísticamente hablando... ¿a cuántos? No, esa estadística no existe. ¿Quién decide las estadísticas que se hacen? Chisssst, calla ya. 

Insensible. El INE es insensible. Solo procesa datos, independientemente de lo que esos datos signifiquen. Lo mismo da cifras de nacimientos que de defunciones. Con el mismo tipo de tabla, el mismo tipo de letra, las mismas celdas en negrita, las mismas advertencias en cursiva. Números. Infinitas columnas de números.

Buscando entre tablas encontré que en España murieron 380.234 personas en 2010. 40.828 de ellas lo hicieron en Madrid, de ellas 20.367 fueron hombres, de ellos 171 tenían 54 años. Solo 1 era mi padre.

Pero eso el INE no lo sabe. Para él es un simple 1 que se suma a los otros 170. No afecta a sus conclusiones, no tiene capacidad para variarlas.  Para mi ese número sin embargo si provoca variaciones. La variación que existe entre tener padre y no tenerlo.

Pero al INE eso le da igual. Ni le importa mi padre ni le importan los otros 170. Podía incluir una mísera nota al pie diciendo algo como "lamentamos profundamente tener que dar esta repugnante estadística". Podía al menos utilizar diferentes colores para las buenas y las malas noticias. Emoticonos alegres en nacimientos :-) y emoticonos tristes en defunciones :-( . Que sirvieran también para los matrimonios y los divorcios, para la tasa de desempleo, para cuando sube y cuando baja el PIB, para cuando sube y cuando baja el IPC.

Pero no. El INE ni siente ni padece. Anoche pasé por delante de su sede. El edificio de colores. De colores. Cuánta hipocresía.

Una última cosa, señores del INE: Mi padre no era un número, mi padre era un hombre extraordinario

Deberían reflejarlo en alguna de sus tablas. 
JODER.

martes, 10 de enero de 2012

...Ay

Si yo te dijera eso tú podrías contestar o una cosa u otra. Si contestaras lo primero, te diría eso otro. Ahora, si tu respuesta fuera lo segundo ahí sí que no sabría que decir. Bueno espera, sí. Te podría decir eso. ¿Y tú qué responderías? Probablemente dirías tal, seguro. Y yo instantáneamente respondería con cual. Ay no sé. Cabe la posibilidad de que quisieras decir lo primero pero no te atrevieras y dijeras lo segundo. Entonces tendría que adivinarlo. Aunque, permíteme que te diga, eso me jodería un poco. Porque si estabas pensando tal no entiendo por qué deberías liarme respondiendo cual. A no ser que sea porque creas que yo debería interpretarte. Que también podría ser. En cualquier caso, puede ser, y digo puede, que tu respuesta se correspondiera verbal y mentalmente. Eso, permíteme que te diga, sería taaan simple.... Y yo no soy simple, querido. Un momento. Acabo de darme cuenta de que no importa lo que digas. No depende de tí. Tú eres una coincidencia, una circunstancia más. Entiéndeme, no quiero decir exactamente eso. En ningún momento estoy diciendo que seas una coincidencia ni una circunstancia más. Ya sabes, interprétalo de la manera que tienes que interpretarlo. No de la manera equivocada. Eso podría dar lugar a malos entendidos, ¿entiendes? Bueno, ¿entonces? ¿Te lo digo o no? Es que si te lo dijera y me contestas eso y yo entiendo que lo que quieres decir es lo otro... ¿qué? Ay no sé. Mejor no te digo nada. Aunque eso suponga que nunca sepa lo que habrías dicho en el caso de que yo te hubiera dicho eso que tenía intención de decir.

Bésame.

Y no digas nada.

viernes, 6 de enero de 2012

Dos llamadas de trabajo

¡Feliz año nuevo! Igual es un pelín tarde, sí, es verdad. Hoy han venido los Reyes Magos. Es que he estado liadilla. Nada, nada interesante. Estudiando, saliendo, trabajando, poniéndome mala. Os contaría una historia muy graciosa si no fuera porque no la puedo contar. Qué rabia. La tengo escrita y todo. No, pero no puedo. Igual en otra ocasión, cuando sea menos reciente y tal. ¿Que la cuente cambiando nombres y situaciones? Aún así, no puedo. Es que se va a notar. No, no, no insistan.

¿Y de qué hablamos? Pues no sé, ¿qué le piden al 2012? Qué tontería, no. Le piden ser felices y eso, como todos. Ya. ¿Algún propósito? Yo sí, muchos, como siempre. No puedo contárselos ahora todos. A ver, uno light: Se supone que este año dejo de fumar. De coña, ya lo sé. Ya casi no fumo, de hecho. Algún cigarrito por las noches y ya. Me da como pena lo de dejarlo. ¿Por qué? Porque lo voy a dejar, seguro. Y me da como pena, no sé. LLámenlo melancolía. ¿Por qué lo dejo? Porque sí, no sé. Porque no quiero morir de cáncer. Se sufre mucho.

¿Y qué más les cuento? Se me ocurren algunas llamadas de trabajo que he recibido últimamente, ¿les vale el tema? Los he visto más entusiastas. En fin. Si no quieren, váyanse ya. Voy a contarlas igual. A las redacciones de los periódicos llama todo tipo de gente. A veces es gracioso, a veces es cansino. Os transcribo un par de ellas.

Los pensamientos, entre paréntesis (y en 'negrita').

1ª LLAMADA.

-¿Sí?
-¿Lucía de la Fuente, por favor?
-Soy yo, dime.
-Mira reina, soy Fulanita, te llamo de Nombre de una Asociación de Discapacitados Madrileña.
-Ah, hola, qué tal. Dime (ya estamos con el 'reina' de las narices)
-Ya, nada mira. Si es una tontería, nada un detalle de nada que, bueno, para nosotros es importante. Mira es que estamos intentando que los periodistas corrijáis vuestros fallos cuando escribís. Fallos entre comillas, entiéndeme.
-Ah...
-Mira es que por ejemplo acabo de leer un artículo tuyo, reina, donde hablas de "discapacitados".
-Sí... ¿y qué le pasa? (¿me vas a dar clases de periodismo, reina?).
-Pues que a ver si podías cambiar esa palabra, tan ofensiva, por la de "personas con diversidad funcional" que es un término mucho más apropiado.
-¿Por qué decir "discapacitados" es ofensivo? (esta conversación ya la he tenido y tú aún no lo sabes, reina).
-Porque sí chata, es como si dices "minusválidos" (pensamientos malvados hacia mí).
-Minúsvalido significa "menos válido" y sí es ofensivo. Es un término que ya casi no se utilizaen prensa y desde luego yo no lo he utilizado nunca. "Discapacitados" es diferente. El prefijo'dis' tiene varios usos, uno de ellos "con dificultad" que es al que se hace referencia cuandose dice "discapacitados" (¡zas! en toda la boca, reina).
-Es igual de ofensivo una palabra que otra.
-No. Si por ejemplo dices discapacitado visual (aunque bueno, yo soy partidaria de decir ciego, tuerto o míope directamente, pero no te voy a tocar tanto los cojones) te refieres a que "tiene dificultades en su capacidad para ver". Y eso no es ofensivo, es una realidad.
-Ya guapa, pero personas con diversidad funcional es mejor... (más pensamientos que no la convierten en una mujer feliz).
-Fulanita, no lo voy a cambiar (aunque me supliques).
-Pues no me parece bien... Los medios tenéis el deber de cuidar el lenguaje para sensibilizar a la gente.
-Yo procuro cuidar el lenguaje (créeme). Pero es que mis lectores no tienen por qué saber lo que son las personas con diversidad funcional (y porque, de hecho, me parece una soplapollez tan grande que nadie merece leerla).
-No sé reina, tú verás.
-Sí, ya vamos hablando para otros temas... tengo que seguir trabajando. Un besito (igual un día me motivo y te llamo para corregirte tus notas de prensa, que tienen tela, reina).

2ª LLAMADA.
-¿Sí?
-¿Lucía de la Fuente?
-Soy yo, dime.
-Anda, qué casualidad, ¡a la primera!
-Sí... (qué alegría, qué alboroto)
-Mira yo es que... bueno... he leído unos artículos tuyos... y bueno... no sé, igual es muy atrevido...
-¿Y...? (¿qué coño quiere este tío?).
-Yo llamo de Almería ¿sabe?
-Ah... (hay alguien en Almería que se lee mis artículos, lo cual me llena de orgullo y satisfacción).
-Has escrito mucho sobre el maltrato de hijos a padres...
-Sí (rotundamente sí).
-Veo que te interesa el tema.
-Sí... (podría decirse así).
-Yo tengo ese problema con mi hijo de 15 años. Mi mujer y yo estamos desesperados.
-No me diga (Dios mío, le tiembla la voz, por favor que no llore).
-Sí, la situación es insostenible.
-Ya me imagino (¿qué digo yo ahora?)
-Vi en una noticia tuya la iniciativa que hay en Madrid para salir de esto y nos pusimos en contacto.
-Ah, muy bien (me alegro).
-Pero aún no sé cuándo tengo que llevarle al internado, no me dicen nada.
-Es que aún no se ha puesto en marcha, están en ello.
-Ya pero no sé. En tu noticia pone que en diciembre.
-¿Pone eso en mi noticia? (fue lo que dijeron en la presentación, pero puede ser un error, sí).
-Sí. Pero aún no nos llaman. Esto es muy duro ¿sabes? No podemos más. La justicia no hace nada a no ser que denuncies. ¿Cómo vas a denunciar a tu propio hijo?
-Ya, ya lo sé. Es impensable. Lo siento (le tiembla la voz, va a llorar, no puedo con esto. Lucía tú no llores, joder, ¿qué tipo de periodista eres?). Creo que os van a ir llamando poco a poco. Primero le tienen que ver los psicólogos.
-Ya le han visto. Estuvimos en Madrid el mes pasado.
-Pues seguramente le tienen que estar a punto de llamar (o eso espero).
-Ya... yo te llamaba por si tú sabías algo más.
-Ya... pues no, no sé nada (vaya mierda). De todas maneras déjeme su nombre y el de su hijo, que voy a intentar averiguar algo (Lucía, este no es tu trabajo, limítate a informar, joder, siempre igual. La información 'social' es lo que tiene. Te sobrepasa).
-No, no hace falta, no te preocupes.
-Sí, sí. Además así les meto prisa.
-Pues te lo agradezco entonces. Esto es... en fin... estamos muy mal. Mi mujer tiene depresión.
-Déjeme su teléfono.


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Ahora os dejo, que me voy al cine. Estamos en contacto, en cualquier caso.