martes, 10 de enero de 2012

...Ay

Si yo te dijera eso tú podrías contestar o una cosa u otra. Si contestaras lo primero, te diría eso otro. Ahora, si tu respuesta fuera lo segundo ahí sí que no sabría que decir. Bueno espera, sí. Te podría decir eso. ¿Y tú qué responderías? Probablemente dirías tal, seguro. Y yo instantáneamente respondería con cual. Ay no sé. Cabe la posibilidad de que quisieras decir lo primero pero no te atrevieras y dijeras lo segundo. Entonces tendría que adivinarlo. Aunque, permíteme que te diga, eso me jodería un poco. Porque si estabas pensando tal no entiendo por qué deberías liarme respondiendo cual. A no ser que sea porque creas que yo debería interpretarte. Que también podría ser. En cualquier caso, puede ser, y digo puede, que tu respuesta se correspondiera verbal y mentalmente. Eso, permíteme que te diga, sería taaan simple.... Y yo no soy simple, querido. Un momento. Acabo de darme cuenta de que no importa lo que digas. No depende de tí. Tú eres una coincidencia, una circunstancia más. Entiéndeme, no quiero decir exactamente eso. En ningún momento estoy diciendo que seas una coincidencia ni una circunstancia más. Ya sabes, interprétalo de la manera que tienes que interpretarlo. No de la manera equivocada. Eso podría dar lugar a malos entendidos, ¿entiendes? Bueno, ¿entonces? ¿Te lo digo o no? Es que si te lo dijera y me contestas eso y yo entiendo que lo que quieres decir es lo otro... ¿qué? Ay no sé. Mejor no te digo nada. Aunque eso suponga que nunca sepa lo que habrías dicho en el caso de que yo te hubiera dicho eso que tenía intención de decir.

Bésame.

Y no digas nada.

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