Estaba yo en Marrakech, en la plaza de Jma el Fna, paseando y haciendo fotos, cual vulgar turista. Me topé con una cobra y le hice una foto, sin más (una, que no está acostumbrada a ver cobras en las plazas). La foto en concreto fue esta:
Inmediatamente, el propietario del reptil me alcanzó, me agarró del brazo y me exigió dinero por la imagen. Tuvimos una conversación -en una mezcla de árabe-español-inglés-francés- en la que traté de explicarle que todo aquello que se encuentre en una vía pública puede ser fotografiado (siempre y cuando no sean menores y tal). No le convenció mi argumento, en absoluto, porque la cobra era suya y él cobraba por las fotos. Y punto. Me ofreció entonces otra, esta vez cogiendo a otra serpiente que tenía por ahí guardada. Vale, me haré la valiente, pensé. Y entonces pasó esto:
Al final me cayó simpático y le di una generosa propina. Y yo conseguí una foto donde parece que estoy encantada de la vida:
Todos contentos.
2 comentarios:
Dios mío! No puedes estar cerca de un pequeñito ratón.. but you can HOLD that!? Se come ratones! jajaja.. You strange/very brave woman... :P
El título de tu blog queda completamente justificado con esta entrada.
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