El día de su muerte, vino un médico a casa a rellenar un parte de defunción, a dar fe del fallecimiento. Me preguntó su edad y yo, entre lágrimas pero convencida, respondí: "55 años". Poco después, el sanitario me corregía: "según su DNI tiene 54". Contrariada, hice un cálculo rápido y, efectivamente, el doctor tenía razón.
"Mucha carrera, muchos libros, mucho inglés, mucho periodismo y mucho todo y luego eres un desastre, hija". Pues sí papa, ya lo sabes. Pero lo que no se me olvida (y nunca se me ha olvidado) es que hoy es 29 de octubre. Y el 29 de octubre es tu cumpleaños. Felicidades padre. Sean 55 o 56.
1 comentario:
Me encantó. No sos un desastre, sos una porción de belleza a la intemperie. Muchos nos cobijamos del dolor bajo un paraguas ficticio lleno de estudios, ilusiones, escritos y malos cálculos de fechas; pero, lo que cuenta es esa nota musical que llevamos en el alma, y que contiene nuestro propio sonido. Cuando uno deja de escucharla, en ese momento, se convierte en desastre. Seguí, Lucía, oyendo esa que te pertenece, y contando la felicidad de tus "felicidades", que es la que vibra por todo lo que has sido, por todo lo que eres y por aquello que serás. Te deseo lo mejor. Ojalá mis hijas me recuerden con la misma hondura tierna que vos a tu papá.
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