Mi madre dice que soy excesivamente sentimental, y puede que tenga razón, porque tengo que reconocer que ayer no pude controlar que se me escapara alguna lagrimilla -pero sólo cuando nadie me ve-. Es el fin de una etapa bastante importante de la vida, ya hemos terminado la Universidad...
La cantidad de buenos momentos y recuerdos que me llevo de estos cinco años van a ser muy difíciles de olvidar.
Por eso ayer volví por la noche, para despedirme de la mejor manera posible y con la mejor compañía posible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario