miércoles, 4 de agosto de 2010

El Vaticano

Ya que estábamos en Roma, nos acercamos a ver el estado soberano más pequeño del mundo. Me hacía ilusión ver la capilla sixtina con los frescos de Miguel Ángel y las obras de Botticelli o Bernini. Pero ya sabía yo que en un territorio perteneciente a la Santa Sede iba a tener problemas. 

Y el problema fue la vestimenta. Un vestido de verano se interpuso entre LA IGLESIA y yo. No me dejaron pasar y, sinceramente, pasé de darme un paseo al hotel y cambiarme de ropa. Miguel Ángel tendrá que esperar...

FOTO: Mi escandaloso vestido

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