No podía ser que no me gustara. No podía ser que precisamente a Mí no me gustara. Era absurdo. Así que me gustó, claro está. Lo mejor de todo: el papel de Rachel Weisz. Me ha gustado esta actriz. Es muy guapa –me recuerda un poco a la presentadora de Pekín Exprés- pero no parece nada tonta, creo que la eligieron bien. Me jode cuando para un papel así cogen a una Cameron Díaz de la vida y te quedas pensando: “pero tú que vas a descubrir cómo gira la Tierra alrededor del Sol, pero chica si tú eres tonta y lo sabe todo el mundo”.
Además es que Ágora es una superproducción (Dios me encanta esta palabra. Paréntesis para contar un chistecito que viene a cuento: “¿Cómo saber si una peli es americana o española? Si es americana, es una superproducción; si es española, los de producción van a comprar al súper”. Es malo, lo sé. Perdón, sigamos con Ágora) muy bien hecha. Dicen que está rodada en Malta y yo –que pasé allí un verano- no hacía más que mirar cada vez que salía una panorámica a ver si reconocía algo. Hay planos con los que alucinas y te preguntas el tamaño de la grúa que han tenido que utilizar para grabarlos. En fin, como casi siempre, la recomiendo. Aunque mi película preferida de Amenábar sigue siendo Tesis, ¿qué le vamos a hacer?
Nota: 7
PD: Hoy escribo esto estrenando mi nuevo y ‘fucking fantastic’ portátil
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