jueves, 10 de diciembre de 2009

Desnudos contra la tortura

Práctica 1: Análisis de una fotografía:

Para este primer ejercicio he decidido seleccionar una fotografía que me ha resultado especialmente llamativa tanto por su composición como por el mensaje que transmite. Fue publicada el pasado 29 de noviembre en el periódico digital Madridiario y tomada ese mismo día por el fotógrafo Kike Rincón durante la protesta organizada por la asociación Animanaturalis, en defensa de los derechos de los animales. La imagen muestra a un grupo de voluntarios que decidieron desnudarse y bañar sus cuerpos con pintura roja para denunciar la matanza de zorros, visones, nutrias, castores o linces, entre otras especies, para la fabricación de abrigos caros.


El análisis denotativo indica que el peso visual de la imagen se sitúa en el recuadro superior derecho, coincidiendo con el cartel blanco y con la zona de máxima actividad plástica. La fotografía está realizada con el teleobjetivo de una Canon y no ha sufrido ningún retoque con Photoshop, más allá de unos ligeros ajustes en los niveles de color. Las caras está desenfocadas mientras que el cartel de protesta -¿Cuántas vidas para un abrigo? Sin piel.org- puede leerse perfectamente.

Al aplicar la regla de los dos tercios puede observarse cómo los cuatro puntos fuertes de la fotografía coinciden con el cartel de denuncia, la masa de cuerpos desnudos y la sangre esparcida en el suelo.



El análisis connotativo de la imagen deja poco espacio a la subjetividad. Se trata de una imagen que pretende enseñar la protesta de un grupo de voluntarios que, mediante sus cuerpos desnudos, denunciaron tanto a los fabricantes como a los compradores de abrigos de piel en la Puerta del Sol de Madrid. Según indica el diario, la portavoz de Animanaturalis, Andrea Padilla, aseguró que "a diferencia de la mayoría de capitales del mundo, en Madrid se siguen viendo pieles en las calles. Las personas sensibles al sufrimiento animal vemos en las prendas de piel un acto de crueldad y dolor, no un artículo de lujo".

El fotógrafo pretende incidir en la sensación de crueldad mediante una posición en perspectiva donde más de la mitad de la imagen está formada por los rastros de la supuesta sangre y donde, además, en el fondo se aprecian las piernas de un grupo de gente colocada alrededor que mira a los activistas y que podría representar la pasividad de la sociedad ante el problema de la tortura animal.

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