Estoy cansada de escuchar que vivimos en una época donde la información es ‘sobreabundante’ y que eso nos lleva a la desinformación. Me han mandado libros y libros en la facultad sobre el tema. Internet se ve como una herramienta peligrosa -¡escondamos a nuestros hijos!- que terminará con el periodismo ‘serio’ (algún día comentaré lo que me parece este adjetivo para definir determinados periódicos). Para mí es todo lo contrario. Internet es… como decirlo… la ostia. La libertad de expresión nunca había sido tan evidente, tan innegable. Los que estamos viviendo este cambio somos unos privilegiados. Estamos en un momento de la historia en el que, como en cualquier otro, no dejan de pasar cosas pero que, por primera vez, casi todos las comentamos públicamente y no sólo con el vecino.
El ser humano moderno tiene la necesidad vital de dar su opinión*. Los medios de comunicación ya ni se plantean el no incluir una sección de participación ciudadana. Cada artículo produce reacciones tan rápidas que cuando uno se plantea interiormente qué es lo que piensa sobre algo ya puede encontrar miles de personas que lo han hecho antes. Facebook, twitter y demás redes sociales son herramientas que fomentan ese debate. Eso suele ser suficiente para muchos. Los blogs ya están para los que sufrimos de ‘incontinencia opinativa’ (y cada vez somos más, por cierto).
Comentarios
Todo este rollo viene a que, aparte de porque quiero escribir cosas relacionadas con el periodismo online para aprobar una asignatura, he leído el artículo que este domingo publicaba la defensora del lector de El País sobre los comentarios en la web de su periódico bastante interesante: Comentarios muy poco edificantes. Milagros Pérez Oliva transmite las quejas de muchos lectores que no ven publicados los comentarios que envían a pesar de ser respetuosos, mientras que otros mucho más salidos de tono sí que lo hacen. “Los correos recibidos plantean, en síntesis, dos grandes cuestiones: ¿Existe censura o criterios ocultos en la selección de los comentarios? Y, ¿son los lectores de El País tan de derechas como indica el tono de muchos de los comentarios que se publican?”, dice el artículo. Pero, ¿quién decide qué se publica y qué no?
Los periódicos tan influyentes como el grande de PRISA, que generan tantas reacciones, suelen contratar a empresas externas de moderación. Y éstas, que por lo visto tienen una capacidad para moderar 10.000 comentarios al día, aún no funcionan con demasiada precisión. En los medios más modestos suelen ser los propios redactores los que hacen esta selección. En fin, bajo mi punto de vista el artículo hace alusión a errores que, aunque existan y sean ciertos, son puntuales y no creo que tengan nada que ver con ningún tipo de censura o intereses ocultos, sino más bien con despistes, Aún es muy pronto, estamos ante la niñez de estos sistemas, y debemos confiar en su mejora.
*Claro que sólo hablo del hombre moderno que vive en los países ricos.
2 comentarios:
Hola, andaba Saramago (Don José) preocupado porque lo escrito en los blogs, en internet en general, no tiene un nivel razonable. No en cuanto a información, sino en cuanto a literatura. En otras palabras, según Don José, en internet se escribe mal. Claro, lo sé, es un premio Nobel, premio últimamente bastante devaluado... pero... también es un genio de la palabra. Y él, al ver tantas palabras escritas, tanta información, no salta de júbilo por el mero hecho de que, todas juntas, pesan mucho... Sino que se pregunta ¿qué me dicen esas palabras?, y la conclusión es: "poca cosa, y la que me dicen, me la dicen, mal"
Es, obviamente, la opinión de Don José, pero quise compartirla contigo.
Para más información sobre el caso:
http://cuaderno.josesaramago.org
Feliz Navidad
P.D.: a mis alumnos, periodistas que se veían obligados a estudiar algo de informática, solía yo decirles que el poder no está en la información, sino en la selección de la información.
Por supuesto estoy de acuerdo con Don José... Claro que internet se escribe mal!! De hecho, fatal algunas veces. Pero yo no me refiero a la calidad de lo que se escribe. Creo que es bueno que todos nos expresemos libremente, que podamos dar nuestra opinión, aunque no tengamos la pluma de Saramago.
Publicar un comentario